viernes, 3 de agosto de 2012

EL COLOR AZUL PUEDE DUPLICAR NUESTRA CREATIVIDAD


Redactado por: Franc Ponti
Estoy pasando unos días de vacaciones en Eivissa rodeado de azul por todas partes: el mar, el cielo… No puedo dejar de pensar en los comentarios que sobre este color hace Jonah Lehrer, un neurocientífico que acaba de publicar un fantástico libro sobre creatividad (Imaginar. Cómo funciona la creatividad. RBA). Según algunos estudios, el color azul y sus derivados aumentan nuestra capacidad creativa porque nos recuerdan los océanos y el firmamento y, en consecuencia,  espacios donde todo es posible, sin límites.
Trabajar en entornos de color azul puede doblar nuestra creatividad, aunque de entrada parezca mentira. Una vez más, asistimos al derrumbe del modelo antiguo según el cuál hay personas creativas y muchas otras que no lo son. Una estudiada exposición a emisiones cromáticas azuladas puede convertirnos en individuos más soñadores, más sensibles a lo que llevamos dentro. Una buena experiencia para estas vacaciones: si estás pasando unos días en lugares dónde el azul abunde, sumérgete en él hasta la saciedad. Piensa en azul, sueña en azul, habla en azul. Si tienes problemas creativos acuciantes, aprovecha la oportunidad que las vacaciones azules te ofrecen. El color azul hace aumentar nuestras ondas alfa cerebrales.
Estos días estoy leyendo también “I wish I worked there”, un impresionante libro ilustrado sobre la arquitectura y el diseño de interiores de empresas como Bloomberg, Nike, Pixar, Google o Lego. A estas alturas parece increíble que todavía haya empresas que sometan a sus trabajadores a la tiranía de espacios grises, monótonos e impersonales. La experta británicaKursty Groves demuestra cómo la construcción de espacios que fomentan la colaboración, la relajación, el trabajo en equipo o la creatividad son auténticos regalos, no sólo para los colaboradores de estas empresas, sino para la propia organización. 
¿A quién le gusta trabajar en un lugar aburrido? Aunque la empresa donde trabajamos no tenga los recursos de las antes mencionadas seguro que con un poquito de creatividad pueden mejorarse muchas cosas. ¿Tiene tu empresa espacios para pensar? ¿Entornos de colaboración? ¿Decoración amigable y sorprendente? La mayoría de empresas  siguen como siempre: los jefes protegidos en sus despachos y los colaboradores situados en espacios rígidos, impersonales y aburridos. Son empresas que bajo la excusa de la productividad (parece que la filosofía de sus instalaciones todavía se inspire en el lejano taylorismo) acaban creando ambientes de competitividad interna insana y de absoluto desinterés por la esencia del trabajo. ¿Vamos a cambiar algún día o seguiremos con la excusa de que estas cosas sólo las hacen las grandes empresas norteamericanas?

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