miércoles, 18 de noviembre de 2015

EMPRESA CREATIVA E INNOVADORA


SU EMPRESA,  ¿ES CREATIVA?

empresa creativa

(Primera Parte)

Los negocios nacen con una idea, y su crecimiento, estabilidad y éxito final dependen más que nunca de la innovación y el flujo continuo de pensamiento creativo. Sin embargo, nunca las empresas han estado tan escasamente preparadas como ahora para estimular el pensamiento creativo. Esto se debe a que
la mayoría de directivos y ejecutivos no tienen una idea clara acerca de qué es la creatividad, cómo estimularla y cómo trabajar creativamente para alcanzar objetivos corporativos.

            La creatividad puede convertirse en el principio organizativo fundamental de una empresa, lo cual es de vital importancia, pues a menudo las empresas mantienen este tema apartado del resto de la organización. Los empleados desean contribuir y ser reconocidos, y el pensamiento creativo puede ser una vía para lograr ambas cosas.

La  creatividad


¿Qué es la creatividad? ¿Por qué está de moda hablar de este tema? ¿Para qué sirve? ¿Cuál es su utilidad en el mundo de la empresa? Puede de manera simple responderse a estas preguntas y llegar a la siguiente conclusión: el pensamiento creativo, lejos de ser un lujo o rareza, se ha convertido en una necesidad de primer orden, imprescindible para el cambio y la innovación en las operaciones empresariales. La creatividad es una habilidad humana que permite generar de forma fácil ideas, alternativas y soluciones a un determinado problema.

Barreras para la creatividad


La creatividad está expuesta a muchos peligros, en algunos ambientes no está bien considerada porque se piensa que lo que la gente debe hacer es trabajar, no tener ideas. Muchos directivos tienen miedo a las ideas, porque ponen en tela de juicio sus principios y sus convicciones. Prefieren vivir en un mundo controlado, donde sólo unos cuantos piensan. Pero la creatividad no tiene amos. De hecho, es un instrumento de liberación al servicio de personas grupos y organizaciones. La creatividad revoluciona a las empresas porque da alas a sus integrantes.

             Hay empresas donde el poder se ejerce de forma tiránica y en las que no se toleran demasiadas desviaciones de la norma. Los individuos creativos suelen ser vistos con desprecio, y desgraciadamente no se aprovecha su potencial. Pero afortunadamente todo esto está cambiando, y los empresarios son conscientes cada vez más del panorama empresarial que se vive hoy día y del que se avecina. Saben que una organización no crece y alcanza niveles altos de competitividad sin actuar de forma decidida para fomentar la armonía creativa que empieza en la persona, sigue en los equipos de trabajo y los departamentos y acaba en la rentabilidad de la organización y su supervivencia.

Creatividad + Intuición


¿Cómo es una persona creativa? Para ser creativo, no basta con la lógica. Es decir, una persona creativa debe ser también intuitiva y dejarse llevar por los dictados de su cerebro analógico, proceso conocido como: pensamiento lateral o divergente. No puede buscar soluciones en el mismo ámbito racional del que surgen los problemas, debe ir más allá, saber buscar interrelaciones inusuales entre las cosas. Muchas veces el hecho de alejarse de un problema nos acerca más a él. La creatividad por lo tanto, sirve para trabajar, para solucionar cosas, para desarrollar ideas provechosas para nuestra organización, para en definitiva, cambiar.

La necesidad del cambio


¿Cambiar qué? ¿Cambiar para qué? Estas serían las preguntas   que se formularían muchos directivos, amantes del orden y la continuidad, aterrorizados ante el fantasma del cambio, pero olvidan que las empresas deben cambiar constantemente para legitimar su existencia y asegurar sus resultados. La empresa debe cambiar para mejorar sus servicios o productos, sus formas de trabajar, sus circuitos comerciales, sus argumentos de marketing, su misión empresarial, su estructura organizativa, las relaciones entre las personas, etc.

            Trabajar creativamente supone, la mayoría de las veces, trabajar en equipo. Y es ahí donde comienzan los problemas para muchas organizaciones estructuradas para el trabajo individual, burocratizante, jerárquico y aburrido. ¿Por qué no aprovechar ésta dinámica del cambio para dar un vuelco radical a los sistemas de trabajo de la empresa? ¿Por qué no revolucionar la forma habitual de ver las cosas?

Esta época en la que vivimos, las empresas deben afrontar muchos retos, ¿Pueden ser las organizaciones capaces de generar un aprendizaje constante basando su desarrollo en el aprendizaje también continuo de sus integrantes? ¿Son las organizaciones capaces de convertir intenciones en realidades y construir organizaciones liberadoras de la creatividad y la inteligencia humana?

La verdadera creatividad


           
empresa creativa
Consiste en ir más allá de los límites que nos auto imponemos cuando tratamos de darle solución a un problema, debemos aplicar una buena dosis de pensamiento creativo que nos permita ver las cosas con una perspectiva inusitada, original, distinta. La mente creativa es aquella capaz de buscar métodos diferentes de abordaje a la realidad. Para ello muchas veces es necesario reformular la información que tenemos a nuestro alcance y operar con ella con un enfoque radicalmente nuevo.

            El pensamiento creativo, por tanto, no se conforma con miradas superficiales. Lo que parece obvio puede no serlo. Lo que parece complicado puede ser sencillo. Lo que parece simple puede ser muy complejo. La mirada creativa va más allá de lo visible. Y se introduce subrepticiamente con otros mundos, en otras formas de ver las cosas.

 

Creatividad e Innovación


            Crear e Innovar, ¿Definen el mismo concepto? ¿Puede una persona creativa ser escasamente innovadora? ¿Cómo diferenciar claramente ambos términos? Está claro que para innovar hay que ser creativo. Ser creativo requiere como elemento primordial la fluidez de la generación de ideas. Se dice que para tener una excelente idea es necesario escogerla entre cientos. Por tanto, la creatividad se tiene que trabajar en profundidad sobre un tema o problema.

Un creativo publicitario difícilmente conseguirá un slogan exitoso sin antes haber generado muchas otras opciones. El presidente o gerente de una empresa y su equipo de trabajo difícilmente darán con la estrategia adecuada sin previamente haber planteado otras posibilidades y haber analizado en profundidad los pros y los contras, además de haber establecido, cualquier procedimiento creativo que les permita desarrollar ideas y convertirlas en ideas aplicables y originales. Pero la innovación sólo se produce si alguna de las ideas creativas llega a buen puerto. Es decir, alguien podría ser muy creativo, pero nada innovador, en el sentido de que fuera absolutamente incapaz de poner en solfa alguna de las ideas que hubiese generado.

Lo que verdaderamente importa


            En creatividad lo realmente importante es ser capaz de escoger las mejores ideas, y con ellas innovar. Por tanto crear e innovar son dos caras de la misma moneda. No se puede innovar sin ser creativo, aunque se puede ser creativo y no innovar. Algunas personas afirman que esa capacidad de convertir simples ideas en caminos innovadores es una habilidad al alcance de unos pocos, las supuestas “personas creativas”, yo podría afirmar con cierta rotundidad que: tanto la capacidad puramente creativa (para generar ideas nuevas) como la capacidad puramente innovadora (para escoger una ideas y aplicarla con éxito en el ámbito correspondiente) son potencialmente desarrollables para cualquier persona que no tenga déficits cognitivos significativos. A este respecto se han llegado a decir cosas realmente espeluznantes, como que los creativos publicitarios poseen mayor número de neuronas. No creo que este tipo de afirmación merezca un comentario.

Los problemas por falta de aplicación de creatividad e innovación en las empresas.


·       Los propietarios de empresas y directivos contemplan la creatividad como algo vinculado a otros mundos: arte, publicidad, etc., pero desconocen que el pensamiento creativo tiene un impacto directo en el mundo empresarial.


·      
Muchos directivos piensan en la empresa como en un enorme mecanismo, en el cual todo el mundo tiene una función más o menos establecida. Por lo tanto no se valora la creatividad como algo positivo, sino más bien como una molestia o como algo prescindible.

·       Muchas veces los intentos de hacer funcionar de manera creativa a una organización son un colosal fracaso, porque son producto de la decisión de una sola persona quien pretende, de repente, ponerlo todo patas arriba. Se trata del clásico directivo que acude a un seminario corto de desarrollo creativo donde “ve la luz” y quiere hacer en pocas semanas o meses lo que su empresa no ha hecho jamás.

·       Si una empresa no está estructurada a través de auténticos equipos de trabajo, es muy difícil que el pensamiento creativo dé sus frutos. ¿Cómo elaborar ideas creativas en una división en “reinos de taifas”? ¿Cómo fomentar la interdisciplinariedad y el pensamiento cruzado donde solo se valoran las aportaciones individuales? La existencia de equipos de alto rendimiento es lo que garantiza la obtención  de resultados interesantes a través de la utilización tácita o automática del pensamiento creativo.

·       Algunos empresarios y directivos tienen miedo a dejar que los trabajadores tomen decisiones realmente importantes. Piensan que, si hay que tomar una decisión, para eso están ellos, sienten pavor ante la idea de que las personas piense de verdad, prefieren ver a sus empelados como tales y no como colaboradores en el proceso de mejora continua de la empresa. Pronuncia frases de tinte conservador como:

“Cada persona sirve para lo que sirve. No todos somos creativos, no hay que reinventar nada. Ya estamos bien así, está bien tener ideas, pero también hay que trabajar. No te pago para que pienses, te pago para que hagas lo que tienes que hacer.”


www.liderempresarialgt.blogspot.com

 

Asesinos de la creatividad


Debido a la educación que muchas veces recibimos (en menor o mayor medida) hay una cierta tendencia generalizada a “matar” las ideas creativas. Tenemos una clara inclinación a no indagar demasiado, a conformarnos con un análisis más o menos superficial de la realidad. El siguiente listado nos da algunas de las pistas que pueden convertirnos a todos, para siempre, en “asesinos de la creatividad”:

·       Ya le hemos probado antes y no ha funcionado

·       Es demasiado cara

·       Es demasiado atrevida

·       Es una tontería

·       Los jefes jamás lo aceptarían

·       Yo he hecho siempre las cosas así ¿por qué tengo que cambiar?

·       Es una idea ridícula

·       No funcionará

·       Yo no me atrevo a proponerla

·       Esa idea es buena para una multinacional, pero no para nosotros

·       Como idea no está mal, pero es irrealizable con la práctica

·       Demasiado complicada

·       Mejor volvamos a lo de siempre, es más seguro.

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