SU EMPRESA, ¿ES
CREATIVA?
(Primera Parte)
Los negocios nacen con una idea, y su crecimiento, estabilidad y éxito final dependen más que nunca de la innovación y el flujo continuo de pensamiento creativo. Sin embargo, nunca las empresas han estado tan escasamente preparadas como ahora para estimular el pensamiento creativo. Esto se debe a que
la mayoría de directivos y ejecutivos no tienen una idea clara acerca de qué es la creatividad, cómo estimularla y cómo trabajar creativamente para alcanzar objetivos corporativos.
La creatividad puede
convertirse en el principio organizativo fundamental de una empresa, lo cual es
de vital importancia, pues a menudo las empresas mantienen este tema apartado
del resto de la organización. Los empleados desean contribuir y ser
reconocidos, y el pensamiento creativo puede ser una vía para lograr ambas
cosas.
La
creatividad
¿Qué es la creatividad? ¿Por qué está de moda hablar de este tema? ¿Para
qué sirve? ¿Cuál es su utilidad en el mundo de la empresa? Puede de manera
simple responderse a estas preguntas y llegar a la siguiente conclusión: el
pensamiento creativo, lejos de ser un lujo o rareza, se ha convertido en una
necesidad de primer orden, imprescindible para el cambio y la innovación en las
operaciones empresariales. La creatividad es una habilidad humana que permite
generar de forma fácil ideas, alternativas y soluciones a un determinado problema.
Barreras para la creatividad
La creatividad está expuesta a muchos peligros, en
algunos ambientes no está bien considerada porque se piensa que lo que la gente
debe hacer es trabajar, no tener ideas. Muchos directivos tienen miedo a las
ideas, porque ponen en tela de juicio sus principios y sus convicciones.
Prefieren vivir en un mundo controlado, donde sólo unos cuantos piensan. Pero
la creatividad no tiene amos. De hecho, es un instrumento de liberación al
servicio de personas grupos y organizaciones. La creatividad revoluciona a las
empresas porque da alas a sus integrantes.
Hay empresas donde el poder se ejerce de forma
tiránica y en las que no se toleran demasiadas desviaciones de la norma. Los
individuos creativos suelen ser vistos con desprecio, y desgraciadamente no se
aprovecha su potencial. Pero afortunadamente todo esto está cambiando, y los
empresarios son conscientes cada vez más del panorama empresarial que se vive
hoy día y del que se avecina. Saben que una organización no crece y alcanza
niveles altos de competitividad sin actuar de forma decidida para fomentar la
armonía creativa que empieza en la persona, sigue en los equipos de trabajo y
los departamentos y acaba en la rentabilidad de la organización y su supervivencia.
Creatividad + Intuición
¿Cómo es una persona creativa? Para ser creativo, no basta con la lógica.
Es decir, una persona creativa debe ser también intuitiva y dejarse llevar por
los dictados de su cerebro analógico, proceso conocido como: pensamiento lateral o divergente. No
puede buscar soluciones en el mismo ámbito racional del que surgen los
problemas, debe ir más allá, saber buscar interrelaciones inusuales entre las
cosas. Muchas veces el hecho de alejarse
de un problema nos acerca más a él. La creatividad por lo tanto, sirve para
trabajar, para solucionar cosas, para desarrollar ideas provechosas para
nuestra organización, para en definitiva, cambiar.
La necesidad del cambio
¿Cambiar qué? ¿Cambiar para qué? Estas serían las preguntas que se
formularían muchos directivos, amantes del orden y la continuidad,
aterrorizados ante el fantasma del cambio, pero olvidan que las empresas deben
cambiar constantemente para legitimar su existencia y asegurar sus resultados.
La empresa debe cambiar para mejorar sus servicios o productos, sus formas de
trabajar, sus circuitos comerciales, sus argumentos de marketing, su misión
empresarial, su estructura organizativa, las relaciones entre las personas, etc.
Trabajar creativamente
supone, la mayoría de las veces, trabajar en equipo. Y es ahí donde comienzan
los problemas para muchas organizaciones estructuradas para el trabajo
individual, burocratizante, jerárquico y aburrido. ¿Por qué no aprovechar ésta
dinámica del cambio para dar un vuelco radical a los sistemas de trabajo de la
empresa? ¿Por qué no revolucionar la forma habitual de ver las cosas?
Esta época en la que vivimos, las empresas deben afrontar
muchos retos, ¿Pueden ser las organizaciones capaces de generar un aprendizaje
constante basando su desarrollo en el aprendizaje también continuo de sus
integrantes? ¿Son las organizaciones capaces de convertir intenciones en
realidades y construir organizaciones liberadoras de la creatividad y la
inteligencia humana?
La verdadera creatividad
Consiste en ir más allá de los límites que nos auto imponemos cuando tratamos de darle solución a un problema, debemos aplicar una buena dosis de pensamiento creativo que nos permita ver las cosas con una perspectiva inusitada, original, distinta. La mente creativa es aquella capaz de buscar métodos diferentes de abordaje a la realidad. Para ello muchas veces es necesario reformular la información que tenemos a nuestro alcance y operar con ella con un enfoque radicalmente nuevo.
El pensamiento creativo, por tanto, no se conforma con
miradas superficiales. Lo que parece obvio puede no serlo. Lo que parece
complicado puede ser sencillo. Lo que parece simple puede ser muy complejo. La mirada creativa va más allá de lo
visible. Y se introduce subrepticiamente con otros mundos, en otras formas
de ver las cosas.
Creatividad e Innovación
Crear e Innovar, ¿Definen
el mismo concepto? ¿Puede una persona creativa ser escasamente innovadora?
¿Cómo diferenciar claramente ambos términos? Está claro que para innovar hay
que ser creativo. Ser creativo requiere como elemento primordial la fluidez de
la generación de ideas. Se dice que para tener una excelente idea es necesario
escogerla entre cientos. Por tanto, la creatividad se tiene que trabajar en
profundidad sobre un tema o problema.
Un creativo publicitario difícilmente conseguirá un slogan exitoso sin
antes haber generado muchas otras opciones. El presidente o gerente de una
empresa y su equipo de trabajo difícilmente darán con la estrategia adecuada
sin previamente haber planteado otras posibilidades y haber analizado en
profundidad los pros y los contras, además de haber establecido, cualquier
procedimiento creativo que les permita desarrollar ideas y convertirlas en
ideas aplicables y originales. Pero la innovación sólo se produce si alguna de
las ideas creativas llega a buen puerto. Es decir, alguien podría ser muy
creativo, pero nada innovador, en el sentido de que fuera absolutamente incapaz
de poner en solfa alguna de las ideas que hubiese generado.
Lo que verdaderamente importa
Los problemas por falta de
aplicación de creatividad e innovación en las empresas.
·
Los
propietarios de empresas y directivos contemplan la creatividad como algo
vinculado a otros mundos: arte, publicidad, etc., pero desconocen que el
pensamiento creativo tiene un impacto directo en el mundo empresarial.
Muchos directivos piensan en la empresa como en un enorme mecanismo, en el cual todo el mundo tiene una función más o menos establecida. Por lo tanto no se valora la creatividad como algo positivo, sino más bien como una molestia o como algo prescindible.
·
Muchas
veces los intentos de hacer funcionar de manera creativa a una organización son
un colosal fracaso, porque son producto de la decisión de una sola persona quien
pretende, de repente, ponerlo todo patas arriba. Se trata del clásico directivo
que acude a un seminario corto de desarrollo creativo donde “ve la luz” y
quiere hacer en pocas semanas o meses lo que su empresa no ha hecho jamás.
·
Si una
empresa no está estructurada a través de auténticos equipos de trabajo, es muy
difícil que el pensamiento creativo dé sus frutos. ¿Cómo elaborar ideas
creativas en una división en “reinos de taifas”? ¿Cómo fomentar la
interdisciplinariedad y el pensamiento cruzado donde solo se valoran las
aportaciones individuales? La existencia de equipos de alto rendimiento es lo
que garantiza la obtención de resultados
interesantes a través de la utilización tácita o automática del pensamiento
creativo.
·
Algunos
empresarios y directivos tienen miedo a dejar que los trabajadores tomen
decisiones realmente importantes. Piensan que, si hay que tomar una decisión,
para eso están ellos, sienten pavor ante la idea de que las personas piense de
verdad, prefieren ver a sus empelados como tales y no como colaboradores en el
proceso de mejora continua de la empresa. Pronuncia frases de tinte conservador
como:
“Cada persona sirve para lo que sirve. No todos somos
creativos, no hay que reinventar nada. Ya estamos bien así, está bien tener
ideas, pero también hay que trabajar. No te pago para que pienses, te pago para
que hagas lo que tienes que hacer.”
Asesinos de la creatividad
Debido a la educación que muchas veces recibimos (en
menor o mayor medida) hay una cierta tendencia generalizada a “matar” las ideas
creativas. Tenemos una clara inclinación a no indagar demasiado, a conformarnos
con un análisis más o menos superficial de la realidad. El siguiente listado
nos da algunas de las pistas que pueden convertirnos a todos, para siempre, en
“asesinos de la creatividad”:
·
Ya le
hemos probado antes y no ha funcionado
·
Es
demasiado cara
·
Es
demasiado atrevida
·
Es una
tontería
·
Los
jefes jamás lo aceptarían
·
Yo he
hecho siempre las cosas así ¿por qué tengo que cambiar?
·
Es una
idea ridícula
·
No
funcionará
·
Yo no me
atrevo a proponerla
·
Esa
idea es buena para una multinacional, pero no para nosotros
·
Como
idea no está mal, pero es irrealizable con la práctica
·
Demasiado
complicada
·
Mejor
volvamos a lo de siempre, es más seguro.
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